Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://lillioinu807371.activosblog.com/37219160/cómo-vivió-francia-el-cabezazo-de-zidane